Wednesday, April 25, 2007

De nada, diario en verso


Armando Uribe Arce
LOM ediciones
2005
184 páginas

La poesía, la auténtica poesía que nace en los laberintos del alma, debe ser antes que todo un juego venturoso entre mensaje y contenido, significante y significado, entre la señal y lo que se quiere decir. Claro, allá en el centro del verso lo que late es emoción. Pero si el poema va a brotar, es necesario que esa emotividad adopte una forma que resuene, susurre o retumbe, según corresponda.
Eso es lo que sobradamente hace Armando Uribe Arce, poeta mayor, gran y tierno amante. Bajo la apariencia de un rigor formal de otro tiempo, su verso medido y rimado se desbanda en un torrente que habla de pasión en cada sílaba. En el libro “De nada, diario en verso”, el Premio Nacional de Literatura 2004 persevera en su torrente verbal.
El presente volumen presenta lo escrito por Uribe en el año 2005 y, como su nombre lo indica, es un auténtico diario, con fechas precisas, donde el poeta registra con lucidez e ironía su particular visión del mundo. Rabioso, sensible, soberbio y vital, el autor sabe mostrarse entero en el papel. Varios pasos más alla de la mesura, lo suyo es explotar en un canto que es a veces divertido, a veces desgarrador.
La presente edición presenta los textos como un facsímil de su versión manuscrita. De esta manera, al leerlo se entra un poco en el juego de estar hurgueteando los cuadernos privados de este señor. El trazo a veces inseguro, a veces certero de sus letras, aumenta el grado de compromiso estético entre autor y lector. El efecto llega a ser especialmente intenso en los poemas dedicados a su amor de toda la vida, Cecilia, fallecida hace algunos años. Desde el pozo de su viudez, Uribe lanza sus lúcidas estrofas de dolor. “Elegí la mujer que amé. / Elegido no fui por ella. / Se trataba de lamás bella / que existiese en el mundo. Fue / la buenamoza de los sueños. / Pero de ella yo no fui su dueño.”
Así, por el delgado hilo de tinta que une muerte y amor, el poeta se presenta íntegro en este largo manuscrito. Las páginas respiran y sudan. Su voz se enoja con la vida y con Dios, luego se reconcilia, luego sueña un poco, o se hunde en los recuerdos. “De nada” debe ser uno de los mejores libros que Armando Uribe ha lanzado últimamente, en el que exuda poesía de la mejor. Para despedirse, un sentido poema duramente existencial: “Que vamos todos a morir / le dice su inconsciente al niño / recién nacido. Fíjate en tu llanto / recién nacido y curado de espanto / por el parto. ¿Te hacen cariño? / es para consolarte porque vas a morir”.